Hace unos días mientras renovaba la interfaz de la página,
estuve checando cada una de las recetas. Y noté que suelo repetir ciertas
cosas, como que una receta me trae buenos recuerdos o que es una receta súper
recomendada y deliciosa.
Y bueno, no quiero parecer repetitiva ni nada por el estilo,
pero uno de los propósitos de este blog es poner recetas que he probado y que
obviamente recomiendo, no me gusta colgarme de otros, ni mucho menos estoy
haciendo este blog solo para llenarlo de recetas y que entre mucha gente a
verlo, porque ese no es mi propósito.
Mi propósito es compartir recetas reales, recetas
comprobadas e incluso modificadas por mí para hacerlas aún más deliciosas y/o
saludables. Por eso a veces tardo un poco en subir nueva receta, porque por lo
regular me gusta hacer un vídeo, y después el blog donde incluso puedo explicar
más a fondo las recetas, dar tips, ideas de variantes o información de los
beneficios, y usar sólo fotos o gifs de mi autoría, y a veces no es tan fácil
porque tengo que dedicar tiempo a mi trabajo de tiempo completo.
El blog de Carameli es completamente personalizado, hay una
humana (amante de la cocina y la repostería), y su familia, probando las
recetas antes de recomendarlas. Carameli solía ser mi negocio, y gracias a él también
gane mucha experiencia a la hora de preparar recetas y darme una idea de lo que
un cliente espera en un producto, y esa es la clase de cosas que me gustaría
compartir con ustedes también.
Y cuando digo que una receta me trae buenos recuerdos de momentos,
es porque como en muchas familias la gastronomía nos une, y no porque nos la
pasemos comiendo, sino porque precisamente se cocina para momentos especiales y
únicos. La verdad soy muy afortunada de tener una mamá que cocina delicioso y a
la cual en sus ratos libres siempre le ha gustado crear, y que gracias a ella
tengo tantos momentos memorables con diferentes recetas.
A veces no es tanto sobre la comida, es sobre los momentos
que se comparten con las personas, incluso desde el momento de la planeación,
la preparación y sin duda el momento de probar la comida, las pláticas, la
cercanía, los aromas, los sabores, todo eso nos hace experimentar con los 5
sentidos, y eso mis estimados amigos, eso es vivir. Y esos momentos sin duda se
disfrutan más con personas con las que tenemos vínculos cercanos.
Tengo muchas recetas en el libro de mi vida que me
transportan a momentos inolvidables, a quien no le prepararon una comida para
festejarlo, para reanimarlo, para curarlo, para premiarlo. Quién no recuerda el
famoso caldo de pollo que hasta libro tenia y hacía alusión a lo poderoso que
podía ser para curar, incluso hasta un alma. Y es que una buena receta es sin
duda un potenciador de buenos momentos.
Si alguien te cocina algo, valóralo porque es un regalo muy
significativo, esa persona te está regalando tiempo, esfuerzo, arte, y cariño
comestible. Está tratando de impresionarte desde adentro, sentidos, estómago y
corazón. ¿No crees que eso es un regalo invaluable? E imaginate si una persona te
comparte una buena receta, eso es un tesoro.
Realmente espero poder seguir trabajando más en este
proyecto, poder llegar a personas que como yo, piensen que la gastronomía es
arte, y aunque no soy una chef, amo la cocina y es sin duda el laboratorio
donde hago mis experimentos favoritos. Y si ven que digo que es deliciosa una
receta y que me trae buenos recuerdos es porque así es, y créanme que son
recetas que tienen un trasfondo en el recetario de mi vida. Y lo que espero al
compartirlas con ustedes, es que por lo menos pasen momentos agradables al
prepararlas, al degustarlas y al compartirlas, y que también escriban momentos
dulces en los recetarios de su vida.
Y a ti ¿Qué receta te trae buenos recuerdos?




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